martes, 19 de febrero de 2008

la cultura gratis

En Madrid hay muchas gratis y una oferta cultural amplia, y no me refiero a los periódicos gratuitos que a mi me encantan, sobre todo, usarlos para limpiar la casa.

La primera persona que me enseñó disfrutarla es mi máma, quien ha amado siempre el parque Retiro, está allí la Casa Vacas que tienen exposición de fotos y cosas interesantes, además de estar rodeada de una naturaleza privilegiada para gente que vive en ciudad. Ella trajo a casa un día un folleto de la naturaleza del parque, hace muchos muchos veranos, y aprendimos algo del parque. Aunque saber con todos los jugosos detalles de la estatua del Angel Caído fue muchos años después, se agradece mucho a los que tuvieron el pensamiento de compartir el conocimiento de este parque, que de paso a paso, de pisada a pisada, también aprendí un nombre tras el otro de los duendecillos del parque - el palacio del cristal, el estancque, álamo, chopo, castaño de las Indias. Conocer más a los distintos rincones del parque me daba valor, que antes era más asustadiza y susceptible, bastaba deprimirme con los insultos de una persona racista para alejarme de allí durante meses, sólo me movía en algunas zonas muy frecuentadas y no me atevía salir de él. Con el paso de los años, empezaba a perder miedo de andar dentro del parque, explorar algunos rinconcitos nuevos, sentirme fluir dentro de la vida del parque y no sentirme ni sola ni extraña. Sabía que ya no podía perderme aunque quisiera, para empezar ya conocía mejor el sitio y sabía que contaba con la ayuda entusiasta de los Retireños. En Retiro cabe casi todos, si no, modifican algunas zonas de ocio y las convierten en otras. Es un parque con capacidad para hacer ferias de libros, exposciones y shows que te dejan boquiabierta con sus bailes sobre el estanque, como las pistolas que inflan los globos con los espiritus navideños.

No importa lo ocupado que esté, si tienes de media a una hora, puedes acercarte al parque y dejarte besar por su aliento fresco, ver a gente de diferentes edades y razas caminar, correr o gritar en el parque. A veces en el kiosco hacen concierto de música clásica, en algunos domingos de verano u otoño, compitiendo con algunos acróbatas divertidos, titireteros con vocecitas que emitían con micro dentro de su tiendecitas, músicos o Winnie the Pooh. Es cómo si fuera un pequeño parque de atracción, pero gratis.

A mí me gustan ver a todo el mundo poder sentarse en el suelo y disfrutar de los pequeños espectáculos.

Estoy más tranquila cuado veo que el dinero de los contribuyentes no se gastan en los megaproyectos festivales, mega en el sentido de que se gasta en un abrir y cerrar de ojos. Más efíemera que la flor efímera. Sería estupendo poder votar para el presupuesto de este tipo de gasto. La diversión es importante, pero hay que hacer lo justo.

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