martes, 9 de junio de 2009

crecimiento

Se dicen mucho que los hombres se parecen mucho a los niños - juegan, comen, y hacen casi siempre lo que quieren.

Desde que era niña sabía que los chicos eran algo diferentes que las chicas, si no les dejan hacer lo que quieren, muchas veces, en lugar de callarse y bajar la cabeza, gritan y remata el balón, que casi hace tumbar la pared.

No era tan fácil tener los niños como compañeros de juego, sus juegos eran más "pesados", requiere que uno tener energía sin fin, no es muy suyo quedarse en el mismo sitio y ponerse a jugar, no.

Una vez jugué con un niño, jolines, el chaval nunca cedía, era algo mandón y egoísta, sólo hablaba con los chicos, hasta que un día, una chica de su edad se cayó de rodilla en el suelo para pedirle ayuda, entonces, el niño como si notó que era "hombre", y esa chica " mujer", algo despertó su sentido protector. ¿O se sintió "jefe"? Tal vez no era así, un científico diría que es el instinto animal de cuidar y socorrear a su especie.

Lo importante, es que, cedió. En lugar de decir "noes" cien veces, empezó a escucharla y ayudarla con buenas ganas; en vez de empujarla, quiso darle alguna pista sin reirse de ella. ¡Empezó incluso a compartir comida con ella!

¿Ganó ella, o él? ¿Es una cuestión tan importante? ¿Han disfrutado? Es más, ESpera ¿Han podido disfrutar de esa relación?

Cuando él empezó a llevar "el hombre" que tenía dentro, ¿ella era más fuerte o más débil?